Maitane Alonso Monasterio, la recién graduada en Medicina por la UPV/EHU, a sus 24 años, ha logrado presentar su primera investigación en el American Society of Clinical Oncology GU25, el congreso más prestigioso del mundo en oncología genitourinaria que se celebra en San Francisco (EEUU). Desde niña soñaba con inventar una quimioterapia que no hiciera daño, y durante la carrera entendió que su verdadero sueño siempre fue cuidar a las personas. Hoy su vocación científica se traduce en hechos, su trayectoria no solo destaca por el mérito académico, sino por haber convertido la pasión por el conocimiento en una forma de vida, superando obstáculos que suelen dejar fuera a muchos jóvenes talentos.  

“Siempre dicen en mi casa que llevo soñando con dedicarme a la oncología desde antes de saber deletrearla”, cuenta entre risas Maitane Alonso Monasterio. Y ese sueño se hizo aún más real en febrero de este año, cuando su trabajo sobre variantes germinales en cáncer de próstata metastásico fue seleccionado entre miles para ser expuesto en San Francisco, junto a referentes internacionales en la materia. 

Lo que comenzó como su Trabajo de Fin de Grado, Cáncer de Próstata Avanzado: Caracterización del Perfil Genético Germinal y su Impacto en la Evolución Clínica en una Serie de Casos del Hospital Universitario Cruces, se convirtió en una investigación prometedora: un análisis retrospectivo de pacientes valorados en el servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Cruces, que reveló un dato inesperado.  

El TFG reveló un dato inesperado: ciertas alteraciones hereditarias consideradas "de significado incierto" en genes de recombinación homóloga (que se encargan de “arreglar” el ADN) —y que hasta ahora se creían probablemente inofensivas—, podrían estar asociadas a una menor supervivencia de los pacientes que las presentan. "Tradicionalmente se ha tendido a asumir que eran probablemente benignas. Pero quizá deberíamos empezar a mirar más de cerca" reflexiona Maitane Alonso. Aunque se trata de un estudio exploratorio, establece una base sólida para futuras investigaciones y posibles aplicaciones clínicas. 

Detrás del proyecto presentado hubo meses de trabajo y también un desafío importante. Una vez aceptada su investigación en el congreso, Maitane Alonso se encontró con una dificultad inesperada, no cumplía los requisitos para acceder a becas de financiación, ya que muchas de estas ayudas están destinadas a profesionales en etapas más avanzadas, como la residencia médica. “Era mi gran oportunidad, pero no tenía cómo ir”, recuerda. Finalmente, gracias al esfuerzo de su familia, pudo costear el viaje y vivir la experiencia. “No debería depender del bolsillo familiar. No todos tienen ese apoyo, y poder dedicarte a lo que te apasiona no debería depender de la suerte”, reflexiona. Más allá del reconocimiento académico, Alonso pone el foco en una realidad que enfrentan muchos jóvenes investigadores: “Es fundamental apoyar la investigación de los jóvenes. Ante la fuga de talentos, no hay que retenerlos con una soga, hay que darles recursos para que quieran quedarse”. 

Asociación Europea de Oncología Médica  

Maitane Alonso no es ajena a los entornos de alta exigencia. En 2023, fue galardonada con el European Society of Medical Oncology Best Student Award, tras participar en un curso de la Sociedad Europea de Oncología Médica. “Pensaba que iba a hacer el ridículo, pero conocí a gente de todo el mundo, aprendí mucho e hice muchísimas preguntas”, reflexiona Alonso Monasterio. Además, recuerda nerviosa la entrega del premio “no me lo esperaba, cuando dijeron mi nombre ni me enteré porque estaba rellenando la matrícula de la universidad”. 

Ese mismo impulso emprendedor la llevó a cofundar su primera empresa de investigación cuando apenas cursaba primero de carrera, una experiencia que describe con orgullo como “el trabajo de mi vida”. Actualmente, compagina nuevos proyectos personales, como el lanzamiento de un pódcast sobre ciencia y tecnología, con sus metas académicas, acabando de presentarse al examen MIR con la esperanza de, algún día, poder ejercer como oncóloga sin renunciar a su vocación investigadora. “Cuando algo te hace brillar los ojos por la mañana, puede salir mal, pero merece la pena intentarlo”, añade con pasión. En su caso, ya ha comenzado a iluminar un camino que va mucho más allá de lo académico. 

Agradecimientos 

Para finalizar Maitane Alonso ha querido mostrar su agradecimiento a todos los compañeros que han hecho posible este proyecto “Me gustaría dar las gracias a todo el servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Cruces, especialmente a Eneko Novo y Ricardo Fernández; a la Plataforma de Genética Genómica del IIS Biobizkaia, particularmente a Xabier Elcoroaristizabal y Patricia Ruíz-Ontañón; así como a todos los coautores y a mi familia. No hubiese sido posible sin vosotros”.